¿Por qué emprender?
Decidirse a emprender no siempre es tarea fácil, por ello es muy importante que pienses con detenimiento cuáles son las razones que impulsan a las personas a comenzar sus negocios y aún más vital que entiendas cuáles son sus motivaciones.
MOTIVACIONES PARA EMPRENDER
Las principales motivaciones que deberías tener para emprender un negocio exitoso son:
Identificar una oportunidad de negocio. Es decir, encontrar un espacio de mercado que no ha sido ocupado por otro o identificar una necesidad insatisfecha.
Deseo de independencia y libertad. Hay muchos emprendedores que prefieren no tener jefes ni seguir órdenes; es decir, quieren ser los dueños de sus propias decisiones y de su propio negocio. En muchos casos ese deseo de independencia y de libertad hace que una persona deje un empleo tradicional y asuma los riesgos propios de emprender.
Aspiración por tener mayores ingresos como recompensa por el esfuerzo que debes dedicar a un negocio propio.
Satisfacción personal. Más allá de los aspectos económicos, puedes decidir emprender simplemente porque ello te satisface mucho más, bien porque puedes llevar a cabo el proyecto que te gusta, tener el estilo de vida que deseas u ofrecer algún beneficio a tu comunidad.
Muchos emprendimientos surgen de una afición que termina
convirtiéndose en la actividad económica principal de la persona.
Aprovechamiento de las experiencias previas de trabajo y aplicar lo que has aprendido a lo largo de tu vida laboral.
Necesidad. Ésta te puede obligar a comenzar un negocio porque te encuentras desempleado, enfrentas una situación inesperada o porque sientes haber tocado el tope del desarrollo de tu carrera en la empresa en la que te encuentras y necesitas buscar otras opciones de trabajo y de ingreso.
¿QUÉ PUEDE INFLUIR EN TU DECISIÓN DE EMPRENDER?
Podemos comenzar haciendo referencia a los eventos inesperados y a la influencia de tu grupo social, que pueden ser factores de impulso, desencadenantes o catalizadores de tu actividad emprendedora.
También tienen influencia los cambios en la situación laboral, como un desacuerdo con tu jefe, una reducción de personal, una mudanza inesperada de la empresa o el cambio de las condiciones de contratación.
Asimismo, la culminación de una etapa de estudios, tras la cual puedes decidir utilizar los nuevos conocimientos en beneficio de tu iniciativa personal, es otra posible causa que pudiese influir en tu decisión de emprender un negocio propio.
Los cambios en las situaciones familiares, como casarse o tener hijos, también obligan a replantear completamente el equilibrio entre trabajo y tiempo personal.
La influencia social igualmente, puede ser importante, en especial la relación con las redes sociales o profesionales a las que pertenezcas.
Por su parte, los grupos familiares pueden ser modelos de roles, portadores de experiencias en empresas familiares o de promotores de la iniciativa, gracias al apoyo personal, la colaboración en el equipo emprendedor y, en muchos casos, la contribución financiera a la inversión inicial.
Las redes sociales o profesionales ofrecen oportunidades
para colaborar, compartir experiencias y asociarse.
De la misma manera, los valores compartidos pueden ser estímulos para el trabajo, el esfuerzo personal y la asunción de riesgos. Esos valores se ven reforzados cuando tu grupo social o familiar te reconoce y apoya.
EXCUSAS PARA NO COMENZAR
¿No terminas de decidirte a comenzar
tu propio negocio?
Quizás, porque con frecuencia puedes tener resistencia al cambio, temor a fracasar y dificultades para salir de tu zona de confort. Cuando esto sucede tiendes a generar excusas.
Las siguientes son las que pudieses utilizar para retrasar o renunciar a tu emprendimiento.
- No tengo dinero
- para el negocio
- No tengo los conocimientos que se requieren
- No estoy listo ahora
- Es demasiado riesgoso
- Me hace falta un socio
- No tengo tiempo para dedicarle
- Estoy muy viejo para empezar
- No logro decidir cuál idea implementar
¡Procura no valerte de ninguna de estas excusas!
¿CÓMO SUPERAR LAS EXCUSAS?
Reconocer las excusas puede ser un excelente paso para la superación de las mismas.
Una de las excusas más frecuentes es: No tengo dinero para el negocio. Para sortear esta dificultad puedes comenzar con un proyecto más pequeño.
También puedes planificar tus ahorros si tu decisión de emprender es una decisión seria.
Otra solución es acudir a tu familia y a tus amigos para las primeras etapas. Difícilmente vas a tener todo el dinero que necesitas para tu negocio. Por ello, el apoyo de la familia y los amigos puede ser vital, en especial en los primeros pasos.
Pero, más allá de los propios ahorros, de la planificación y del apoyo que se puede obtener de la familia, también es importante que puedas informarte sobre las opciones de financiamiento.
Otra excusa frecuente es: No tengo los conocimientos que se requieren. Para desactivarla, debes evaluar tus competencias en función de los requerimientos del negocio.
En algunos casos, cuando vemos todo el proyecto en su conjunto, podemos terminar sintiendo que es exagerado el grado de competencias y de conocimientos que se requieren para operarlo. Pero no siempre es así, si piensas en un equipo emprendedor con talentos que complementen tus conocimientos.
Otra opción importante es buscar información disponible. En la era de internet, cuando toda la información está al alcance de un clic, no hay razón para no estar informado ni para que no puedas entender con mayor detalle cuáles son las características del mercado que te interesa, por ejemplo, o cuáles son las exigencias técnicas de un determinado proceso.
Piensa el negocio en fases, para no tener que realizar una inversión inicial demasiado grande.
También puedes pensar en un plan de formación y entrenamiento formal en los procesos gerenciales que tienen que ver con tu iniciativa.
Finalmente, evalúa la alternativa de buscar socios que puedan complementar tus conocimientos.
Por último, otra excusa es: No tengo tiempo para dedicárselo al negocio. Reconoce que el tiempo que le dediques a tu proyecto depende únicamente de la prioridad que le des.
Si tu proyecto es importante y vital para ti, vas a encontrar el tiempo para emprender. Si no lo consigues, tienes que analizar cuáles son tus motivaciones reales y entender por qué le estás dando largas a un proyecto que debería ser prioritario.
Muchas veces, cuando trabajas en una empresa de terceros, tu tiempo está totalmente copado porque haces tareas que le competen a tus compañeros de trabajo.
También sucede que le estés dedicando mucho tiempo a actividades que al final del día no te dejan mayor beneficio.
Eso requiere también que planifiques tu tiempo, para que dejes de postergar y retrasar una iniciativa importante para ti.
Un plan de coaching, sin duda, favorecerá tu éxito.
Analiza con mucho detalle a qué dedicas tu tiempo y trata de abrir espacios para tu iniciativa.
REFLEXIONA
1. Tómate tres minutos para pensar y responder a las siguientes preguntas:
- ¿Por qué crees que las personas comienzan sus propios negocios?
- Elabora una lista con todos los posibles motivos que conozcas.
- ¿Cuáles son los tuyos?
2. A continuación encontrarás una serie de factores que pueden estar influyendo en tu decisión de emprender. Reflexiona sobre cuán importante es cada uno en tu situación actual.
- Ha cambiado mi situación laboral
- Los emprendedores son admirados
- Tengo problemas en el trabajo
- Quiero demostrar lo que puedo hacer
- Me encuentro en un momento de necesidad
- Mis amigos son emprendedores
- Me quiero independizar
- Ya tengo contacto con posibles clientes
- La competencia es débil
- Mi familia me empuja
- Ha habido un cambio legislativo
- Quiero ganar más