¡ESTOY QUEBRADO!, ¿Cómo superar el fracaso en los negocios?
Muchos de nosotros en algún momento de nuestra vida, hemos sido impulsados a emprender por tener una “buena idea de negocio”, nos motiva la ilusión de hacer una “buena inversión”, de buscar un nicho de mercado que nos catapulte a lo más alto del mundo capital.
Esta “buena idea de negocio” exige para su ejecución, la inversión de nuestro tiempo, dinero, pasión y esfuerzo. Hasta el punto de sacrificar ciertos gustos o momentos que nos generan satisfacción, lo hacemos todo para alcanzar la meta, dejando a un lado reuniones familiares, vacaciones, salidas de recreación, dejamos de ir a la playa, entre muchas otras cosas divertidas y sanas. Pero eso no importa, ya que estamos convencidos desde nuestro interior que vale la pena el sacrificio y el fuerzo. Estamos casi seguro, que seremos recompensados por todo las horas que invertimos en llevar a cabo nuestra meta.
Nos levantamos temprano, somos los primeros en llegar a nuestra oficina o negocio, nos exigimos superar el objetivo (llamar a 200 clientes para dar a conocer nuestro producto), vamos poco al baño para no perder tiempo (por supuesto esta acción no es recomendada, al final, la salud pasa la factura), sacamos más dinero y lo invertimos en nuestra “gran idea”.
Y como suele ocurrir en el mundo del negocio, la pared poco a poco se abre de tanto martilleo. Unos clientes aceptan los servicios y lo solicitan, otros simplemente están “casados con la competencia” y no desean cambiarlo, algunos lo necesitan pero no tienen recursos necesarios para llevarlo a cabo, en fin, el mercado te mostrará con sus “rosas y espinas” que la realidad es más dura que lo imaginado.
Así como tú y como yo, hay miles de emprendedores con “buenas ideas de negocios”, y que están dando más del 100% para alcanzar la cima. Encontrarás que la competencia puede hacer las cosas mejor que tú, iguales o peores. Además, cada error que cometas, te costará caro (en el sentido literal de la palabra). Es decir, la realidad se encarga de hacernos aterrizar, de demostrar nuestras costuras, hasta al punto de resaltar más las debilidades que las fortalezas.
Si eres de esos que, en algún momento, te has dicho a ti mismo: “Estoy quebrado, hice un negocio y no dio resultado”. Eso quiere decir, que eres de los pocos que se atrevió a salir de la conformidad, del vicio de la dependencia-del-sistema (obrero-patrón), que has dejado de ser uno-de-la-masa.
El estar “quebrado porque no dio resultado el negocio” tiene un mensaje-cualitativo-oculto, es como ser cegado por el sol y a la vez, tratar de ver nuestra sombra que se postra a nuestra espalda.
En un principio, la frustración, la rabia y la tristeza sacude el corazón. Las cuentas por pagar vacían los bolsillos y el capital de trabajo que estaba bien resguardado en el banco se queda en cero. El futuro nos desvela, hasta el punto de quitarnos el sueño onírico y el sueño futurista. Es en ese momento, que dejamos de ver el panorama, ¡esa es la luz cegadora del sol!
Al estar ciegos, podemos jugar a la culpa o a culpar a los demás; a dejar de tener metas o a ponernos metas equivocadas; a buscar rutas fáciles, cortas o rápidas; a desatender lo importante o peor aún, a anclarnos en la idea “estoy quebrado”.
¿Dígame usted, si ha visto un ciego mirar atrás?, dirá: “claro que no va a mirar detrás de sí, no tiene nada que buscar allá”. ¡Pues es allí donde comienza el mensaje-cualitativo-oculto¡, es en la sombra donde esta lo necesario para crecer. La sabiduría está en el camino trazado, el aprendizaje se encuentra en las experiencias obtenidas cada vez que tomabas alguna decisión. Decía Thomas Edison “No he fracasado, sólo descubrí 999 maneras de cómo no hacer una bombilla”.
Su mensaje es claro, para dejar de estar cegado por el sol, deja de mirarlo directamente (dejá de anclarte al problema), daté la vuelta y observa todo el camino recorrido por ti y contempla la distancia, con sus aciertos y desaciertos. Permite un momento para la reflexión, desarrolla hábitos productivos, cambia las estrategias, revisa tu actitud e impúlsate de nuevo, pero esta vez con una gorra para protegerte del sol y unos buenos lentes de sol, al estilo RAY BAN. Porque sólo unos pocos se atreven a salir a la calle a competir con el resto, hay que ser valiente, tener auto-confianza, determinación, perseverancia, auto-estima y mucha fe para dejar de hacer lo que todo el mundo hace y seguir lo que dicta el corazón, la razón y los sueños.
Autor: Msc. Daniel Moreno